Un rincón de serenidad en medio de la naturaleza, esta pequeña casa de madera, con sus acogedores 36 metros cuadrados, es un ejemplo perfecto de cómo la simplicidad puede abrazar la comodidad. En su interior diáfano, encontrarás un espacio armonioso que combina salón-comedor y dormitorio sin barreras. Esta disposición abierta fomenta la sensación de amplitud y conexión con el entorno, mientras que los cálidos tonos de madera crean una atmósfera acogedora y relajante.
Al entrar lo primero que nos llama la atención es el pequeño porche a dos aguas , donde te dará la bienvenida una preciosa cercha de madera que añade un toque de encanto rústico a la entrada. Es el lugar perfecto para disfrutar de las suaves brisas y la tranquilidad que ofrece este rincón en medio de la naturaleza.